jueves, 24 de marzo de 2011


Crónicas Feria de Fallas y Temporada 2011

Domingo 20 de marzo 2011 (ultima de feria)



Valencia (ultima de abono): Oreja a la épica y valentía de Tomás Sánchez y Alberto Aguilar que resultó cogido


Valencia. Feria de Fallas. Ultimo festejo de abono. 20 de marzo de 2011. Tarde soleada y con frío y viento. Media plaza. Se han lidiado seis astados de la ganadería de Adolfo Martín muy bien presentados. La mayoría tuvo las fuerzas y la raza muy justas. 1º, con clase pero deslucido. 2º, complicado y deslucido tuvo un poco más de casta. 3º manso complicado sin emoción y con poca fuerza. 4º, inválido. 5º, con clase y temple aunque con las fuerzas justas que llegó complicado a la muleta. 6º con clase, nobleza y calidad en los primeros tercios, acabó siendo muy complicado en la muleta.

Rafaelillo, silencio en ambos.
Tomás Sánchez, oreja tras aviso y saludos tras dos avisos.
Alberto Aguilar, saludos tras aviso y oreja.



Valencia (Esp.).- Sabor agridulce en el festejo que servía como cierra a la feria de Falla 2011, el primer ciclo importante de la temporada recién estrenada. Todas las esperanzas del aficionado, después del ciclo que hemos vivido, con el oasis ganadero que fue la corrida de Fuente Ymbro, las tenían puestas en la corrida de Adolfo Martín, pero el gozo en un pozo porque no vimos el encierro que todos hubiésemos deseado ver. De presentación impecable para una plaza de primera, las intenciones de los de Adolfo Martin anduvieron muy desiguales y con un comportamiento de bajo perfil, poca raza y fuerzas justas. Solo dos complicados, pusieron el miedo en cuerpo a los presentes. Un resultado exiguo para una ganadería tan afamada y con tanta importancia. Incluso el cuarto, resultó un invalido que se echó en más de una ocasión ante el desespero del matador, aunque éste también colaboró en la caidita del animal con algún que otro latigazo hacia el suelo.

Con estos mimbres, la tarde fue de Tomás Sánchez y de Alberto Aguilar que se la jugaron de verdad ante tres toros exigentes y complicados, hasta el punto de resultar volteado sin consecuencias Sánchez y volteado con una cornada en la tibia el diestro madrileño, Aguilar.


El valenciano Tomás Sánchez paseó la oreja del segundo de la tarde. Un toro complicado al que le cuajó una faena cimentado sobre el amor propio, la valentía, las ganas de triunfo y el querer salir victorioso al precio que fuese. Hilvanó una faena entre el ay y el olé, donde los pases menos lucidos alternaron con otros de temple, sometimiento y corazón, sobre todo en el toreo en redondo. Así lo entendió el público y por ello, se entregó a la generosidad demostrada del torero, que desnudó su alma, entregando todo lo que tenía al respetable y al burel. Cuajó tandas por ambos pitones, unas mejor que otras pero fue la disposición con la que estuvo, sus ganas por cuajar la faena y salir catapultado de Valencia a otras plazas, lo que hizo que finalmente, tras una gran estocada lograse cortar una oreja.

Con la puerta grande medio abierta, llegó con el quinto dispuesto a rematar su tarde. Era consciente de la oportunidad que tenía con la televisión por medio y todo el mundo del toro pendiente de este último festejo. Por ello, salió a buscar el triunfo. Lanceó con garbó a la verónica en el recibo y lo templó en el capote mientras se desarrollaba la suerte de vara. El de Adolfo tenía clase y condición por ambos pitones y nada hacía sospechar que se convertiría en el toro complicado que terminamos viendo en la muleta. En este último acto de la lidia, Sánchez se vio desbordado por el complicado comportamiento de la res. Tobillero, de recorrido corto, con la presencia del viento y la cara siempre a media altura. Con estos mimbres tuvo que hacer faena. Un trasteo que se movió, de nuevo, en los parámetros de la épica más que del arte o de la finura, pero el toreo también es eso, domeñar la embestida aunque sea a mordiscos y así lo entendió Sánchez. Arrimón final, muy valiente, con un toro que lo cazó y le perdonó la cornada. Lástima el fallo a espadas porque esta vez sí, tenía la puerta grande lograda.


Peor parado salió Alberto Aguilar al final de la tarde, pues recibió una cornada en la tibia, del cinqueño pasado que saltó al ruedo para cerrar ciclo. A este lo recibió con una larga de rodillas animosa, seguida de un ramillete de verónicas aseadas y discretas. Se le picó trasero, como la mayoría del encierro de hoy, ¡qué mal picados por favor! y siguió el toro embistiendo, sin demostrar hasta el último tercio de su lidia, la guasa que tenía. Con la cara siempre a media altura, sin entregarse, mirando, incierto, desconfiado, le complicó la existencia al matador. Y el diestro tuvo que tirar mano del valor, del ánimo, del corazón y buscar un triunfo. Honradez, honestidad y responsabilidad, la que tuvo en este toro, pues no se aburrió buscando un lucimiento imposible. Logró lo mejor en el toreo en redondo en varias tandas, no así con la zurda donde el toro era más reservón y destemplado. Al final, sobrevino el percance y pasó a primer plano la épica del toreo. Con el diestro herido y el toro esperándolo para cazarlo, se desarrolló el último acto del ciclo. Mató mal y herido y por ello, el público soberano y sensible, premió su entrega con una oreja.

Antes, con el tercero, otro toro manso, parado, sin emoción ni transmisión, sólo pudo hilvanar un trasteo arrestoso y valiente. Con alguna tanda en redondo corta pero bonita. Aunque todo se quedó en voluntad y muchas ganas. Saludos después del arrastre del de Adolfo.


Completó cartel el diestro murciano Rafaelillo, que sorteó un lote manso, justo de fuerzas y de raza. Con el que abrió plaza, parado, soso, deslucido y sin gracia nada pudo hacer. Intentar una justificación de su cartel y poco más. Y con el cuarto, un inválido que se le echó varias veces en mitad de la faena de muleta, optó por abreviar ante un público molesto con la situación.

Concluyó de este modo este ciclo de la feria de fallas en la que se echó de menos la presencia de varios periodistas taurinos íntegros, objetivos y excelentes en su obrar profesional, sin los que la Fiesta es hoy menos objetiva, independiente y libre. A todos ellos, mi particular brindis en estas últimas líneas: esta feria, -Rafael, Sixto, Pilar, Mario, Dani y Carlos- fue por vosotros. En mayo, más.


PARTE MEDICO DE ALBERTO AGUILAR
"Después de la lidia del sexto toro, pasa a la enfermería Alberto Aguilar, que presenta una herida por asta de toro inciso-contusa de unos 10 centímetros de extensión, situada en la cara anterior de la pierna izquierda, que secciona piel, tejido celular subcutáneo y aponeurosis. Sección del músculo tibial anterior, contusión de la arteria tibial anterior y sección parcial del músculo flexor. Ha sido intervenido bajo anestesia local y sedación en la enfermería de la plaza. Pronóstico reservado. Se traslada al paciente a la Casa de la Salud" Firmado: Dr. Cristóbal Zaragozá

Texto: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Rafael MATEO



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