jueves, 30 de septiembre de 2010

El novillero manchego Emilio Huertas triunfador oficial de la Semana Taurina de Algemesí



La comisión taurina de la Feria de Novilladas de Algemesí ha fallado ya los nombres de los triunfadores de esta edición 2010, siendo el novillero triunfador del serial, el joven manchego Emilio Huertas, tras la actuación del jueves 23 de septiembre ante novillos de Capea en sus dos hierros.

Valencia (Esp.).- La Semana Taurina de Algemesí ya tiene oficialmente triunfadores de la edición de este año 2010, siendo el novillero triunfador del ciclo, Emilio Huertas. Novillero manchego, recién llegado al segundo escalafón y que se convirtió ya, el jueves 23 de septiembre ante los novillos del Capea, en el acontecimiento del ciclo valenciano.

El joven novillero logró tres orejas y la salida a hombros tras protagonizar una actuación convincente, en novillero, pero con madurez y buen hacer, que lo sitúan en el punto de mira de los taurinos para seguir su evolución. Sus dos trasteos estuvieron fundamentados sobre el oficio, el temple y aliñados con las ganas y la entrega por triunfar, lo que sin duda logró en este festejo.

Los otros triunfadores son los siguientes:

- Novillo triunfador del ciclo: El nº 86, de nombre INVENTARIO, del hierro de Guadaira y que fue lidiado por Esaú Fernández en el último lugar del festejo del domingo 26 de septiembre.

- Ganadería triunfadora: La de Capea, que lidio en sus dos hierros de San Pelayo y Carmen Lorenzo la tarde del jueves 23 de septiembre.

- Rejoneador triunfador: Javier Cano quien logro salir a hombros tras cortar dos orejas y un rabo la tarde del miércoles 22 de septiembre con novillos de la ganadería Javier Molina.

- Subalterno destacado: El torero de plata José Otero de la cuadrilla de Emilio Huertas que destacó tanto en la brega como con las banderillas.

- Mención especial Manolo Cortés: A la Escuela Taurina de Valencia.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Algemesí (Última de abono): Tres orejas para Esaú y dos para Arévalo con buenos guadairas




Algemesí (Valencia). Última de abono. Semana Taurina. Casi lleno. Cinco novillos de Guadaria (3º para rejones) bien presentados, con lustre y romana, salvo el cuarto con menos trapío. Nobles en líneas generales y con clase, llegaron un poco más parados al último tercio. El mejor novillo fue el sexto que probablemente se convertirá en el novillo de la feria.

José Arévalo, oreja con petición en ambos.
Esaú Fernández, oreja y dos orejas.
El rejoneador, Rubén Sánchez, saludos.


Algemesí (Valencia – España).- Echó el telón la Semana Taurina de Algemesí y lo hizo a conciencia. Esta tarde, Algemesí, volvió a ser Algemesí lo cual significa: un gran ambiente festivo en los tendidos, juventud entregada, mujeres guapas y aficionados dispuestos a disfrutar del último acto del ciclo. Música festiva durante toda la tarde, coros de tendido a tendido, y poco a poco, se fue cumpliendo el ritual y el guión de una tarde de toros en Algemesí. Resultó alegre y sobre todo satisfactorio ver cómo se recuperaron en tan sólo dos horas todas las costumbres que han dado categoría y singularidad a esta plaza, esta ciudad valenciana y esta feria.

Acompañaron los novillos de Guadaira, muy lustrosos y bien presentados, salvo el cuarto, que resultaron nobles y con clase, aunque un puntito justos de fuerzas. El broche de oro al encierro y sobre todo, a la tarde, vino con la lidia del quinto que en manos de Esaú Fernández, terminó siendo un buen fin de fiesta con toreo de cante hondo.

El sevillano firmó una actuación de principio a fin completa. Templado con la capa en el recibo, meciendo la embestida con mano baja y suavidad, cuajó un recibo muy torero. Peleó irregularmente el animal en el caballo y tras la suerte, a invitación de Esaú se lució a la verónica un esforzado “Lumbrerita”, sobresaliente en todo el ciclo. La faena a este último de feria, la comenzó de rodillas con ánimo, ganas y entrega, toreándolo con gusto y seriedad. Después, dominando los tiempos y el poder del novillo, fue hilvanando una faena por ambos pitones llena de gusto, empaque, temple sobre todo, mano baja. Fue un trasteo de lo más torero que se ha visto en el ciclo, con momentos artísticos de gran altura que nos dejan con ganas de volver a ver al diestro. Además, Esaú tuvo la virtud de medir el metraje de la faena y por ello, supo rematar y concluirla cuando ya estaba todo hecho. Bernardinas de cierre y una estocada de verdad, volcándose en el morrillo. Dos orejas sin discusión.

Antes, con el segundo ya dejó su impronta de torero de buen corte. Recibo -a la verónica- templado, de mano baja y suavidad que dieron ya un toque de atención. Después, fundamentó un trasteo muy suave, estético, bien hilvanado, al que sólo le faltó un punto de emoción como consecuencia de la sosería del novillo. Dio dos versiones de su toreo, la clásica y más exquisita y la más popular, ya que cuando el animal dejó de embestir, fue él, quien echó mano del toreo de cercanías y más bullidor, para amarrar el primer trofeo. Estuvo muy valiente, comprometido y entregado. Oreja.

El otro triunfador, fue el valenciano José Arévalo al lograr una oreja en cada uno de sus novillos que pudieron ser también tres. Fueron otro tipo de trofeos, logrados tras interpretar otro concepto del toreo y de la Fiesta. Arévalo salió a hombros gracias a su concepto de lidia total, al servicio de la parroquia y buscando el corte de trofeos cueste lo que cueste. Por ello, vimos en sus dos novillos un joven que lo dio todo en capote, en banderillas y con la muleta, agradando al público que le premió con esa puerta grande. Ahora bien, si nos fijamos en el toreo que interpretó, sus dos faenas estuvieron por debajo de los mínimos exigidos a un novillero tan placeado como él. Dio muchos pases por ambos pitones y siempre provocó en exceso a la galería, lo que desde el punto de vista estético u ortodoxo, quedó muy lejos de los cánones. No obstante, la Fiesta también necesita de este tipo de novilleros más bullidores, festivaleros y espectaculares, por lo que si el público lo sacó a hombros, la Fiesta, que es democrática es la que manda.

Completó cartel el rejoneador Rubén Sánchez que cuajó una faena desajustada en los embroques, imprecisa a la hora de clavar los hierros y carente de mayor argumento. Descordó al animal precedido por tres pinchazos y saludó.


Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Rafael MATEO

sábado, 25 de septiembre de 2010

Algemesí (8ª de abono): Puerta grande para Gómez del Pilar ante los de La Quinta


Algemesí (Valencia). 8º festejo de abono. Semana Taurina. Casi lleno. Cinco novillos de La Quinta (3º para rejones) desigualmente presentados. El primero, indecente. Deslucidos en líneas generales aunque con nobleza, anduvieron justos de casta y de raza. El más complicado, el quinto.

Patrick Oliver, silencio tras aviso y vuelta tras petición.
Gómez del Pilar, oreja y oreja.
El rejoneador, Juan Manuel Cordero, vuelta por su cuenta.

Resultó volteado dramáticamente, aunque sin consecuencias, el subalterno Daniel Sánchez Durán de la cuadrilla de Gómez del Pilar.


Algemesí (Valencia – España).- Triunfó esta tarde la fiesta de la emoción. Triunfó la fiesta del “ay” más que del “olé”. Triunfó la fiesta de la emotividad, más que del toreo, pero al fin y al cabo, triunfó el espectáculo de un novillero que quiere abrirse camino, aunque los novillos no sean de lo mejor que hemos visto en esta feria. Así fue el triunfo de puerta grande de Gómez del Pilar, tras una actuación sobre todo, entregada, honrada y honesta. Todo lo contrario de lo visto en lo que llevamos de feria, caso al margen el del triunfador -hasta el momento- del ciclo: Emilio Huertas.

Todos esperábamos además, presenciar la lidia de un encierro de La Quinta duro, correoso, encastado, bravo, de los que suponen un examen complicado para los espadas. Pero nos encontramos con cinco novillos desigualmente presentados y deslucidos en general, sobre todo, los tres primeros. El cuarto fue manejable aunque soso y bobón, y el quinto, el más complicado, se apoderó de la lidia e hizo cundir el pánico entre los coletudos. Es más, convirtió el último tercio de su vida y el último acto del festejo, en una lucha de poder a poder entre él y su matador.


Con este último del festejo, el más santacolomeño de los cinco, Gómez del Pilar se la jugó honestamente, aunque también en ocasiones sin excesiva cabeza. Le pudo y le empujó más el corazón que su inteligencia y por ello, asistimos a un trasteo de lucha entre el bruto y el hombre. El novillo, antes de llegar al último tercio, fue muy mal picado, lo que contribuyó a apoderarse de la escena en el segundo tercio y poner en aprietos a los subalternos. Voltereta dramática para Daniel Sánchez que se libró de un percance peor, y pánico en el ruedo para dominar las arrancadas desaforadas del novillo.


Con semejante papel y desconcierto en el ruedo, llegó a la muleta, poderoso y complicado, pero miren por dónde, que el novillero comenzó haciendo las cosas bien, por abajo, ahormando la embestida y sometiéndolo, lo que nos hizo albergar la esperanza de presenciar un rotundo éxito y una contundente faena. Pero cambió de parecer después Gómez del Pilar, y de dominante pasó a ser dominado -en ocasiones- por el de La Quinta. Trasteo donde al final Gómez del Pilar nunca terminó de poderle a la res, cuajando el trasteo siempre con la muleta a media altura, sin someterlo, ni terminar de llevarlo con franqueza. Eso convirtió cada pase -fuera por el pitón que fuera- en un boleto de lotería a triunfo o cornada, metiendo al público en el espectáculo y en el sufrimiento por lo que contemplaba. Definitivamente, fue el triunfo del corazón y las ganas por encima del toreo, ¡que ojo! para este tipo de toro existe lidia y tauromaquia desde tiempos de Paquiro, pero se olvidó de ello Gómez del Pilar y optó por echar la moneda del corazón al aire. Menos mal que le salió bien la apuesta. Estocada muy defectuosa y justa y merecida oreja. Ni más ni tampoco menos.


Antes, con el segundo, ya le vimos que venía con ganas por triunfar y salir a hombros. Le ganó terreno en las verónicas de recibo y después, tras las varas, se lució en el quite por chicuelinas. Con un novillo noble pero soso y por tanto, bastante deslucido, cuajó meritorias tandas en redondo templadas, de trazo limpio y suavidad, si bien le faltó emoción y arrebato. También lo intentó al natural, y cuidando del animal con la muleta a media altura, acabó cuajando una faena interesante pero carente de transmisión y emoción en el tendido. La estocada caída no fue problema, para cortar una generosa oreja.


El francés Patrick Olivera tampoco tuvo suerte con el lote sorteado. Al que abría plaza, corto de recorrido, noble y con clase, pero deslucido y de poco fondo, le cuajó un trasteo largo, muy voluntarioso, bien estructurado pero sin emoción. Así fue imposible hacer una faena que llegara al público con semejante mulo, pues siempre salió con la cara alta, desentendiéndose del novillero y como si con él no fuera la lidia. Para más cruz, el francés falló estrepitosamente con el acero. Silencio.


Y con el cuarto, manejable, noble, con clase y justo de raza como sus hermanos, se le adivinó el buen concepto del toreo que atesora. Bien es cierto que dada la condición del animal, le faltó intensidad a la faena y saberse dar importancia a lo que hacía, pero aun así, no desagradó. Es más, de los novilleros vistos esta semana es posiblemente uno de los que mejor ha estado, por su seriedad, firmeza y forma de entender el toreo y al que se la he tenido en cuenta muy poco. Mató de bajonazo y se le negó la oreja. Un agravio comparativo, si nos fijamos en otros trofeos concedidos en esta feria. El público, sabio, le obligó a dar una vuelta al ruedo de las más calurosas que se han presenciado en el ciclo.


Completó cartel el rejoneador José Manuel Cordero quien dio una vuelta al ruedo por su cuenta. Su actuación fue festiva, ligera, imprecisa y con poco toreo a caballo fundamental, si bien lució unas cabalgaduras guapas de verdad. Estuvo muy desigual a la hora de reunir arriba las farpas y las banderillas, así como a la hora de los embroques y de clavar al estribo. Lo dicho: una faena más, de las miles que se pueden ver por los ruedos españoles.


Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografia: Rafael MATEO

Algemesí (7ª de abono): Solitaria oreja para el rejoneador Mariano Rojo


Algemesí (Valencia). 7º festejo de abono. Semana Taurina. Casi lleno. Cinco novillos de Sánchez Arjona (3º para rejones) desigualmente presentados pero con cuajo la mayoría de ellos. Nobles y con clase, en líneas generales, también fueron muy justos de casta y de raza.

Juan del Álamo, saludos y silencio.
Diego Silveti, saludos y silencio.
El rejoneador, Mariano Rojo, oreja.


Algemesí (Valencia – España).- Tras el triunfo de Emilio Huertas con tres orejas en el esportón la tarde anterior, hoy se volvió a vivir en esta séptima de abono, un nuevo festejo marcado por la falta de compromiso y asunción de riesgo de los novilleros ante los astados, ante el público y ante sí mismos.


De nuevo fue la tarde del rejoneador. Y de nuevo, con este exiguo triunfo del caballero, se dejó en evidencia a los de a pie, mucho menos entregados y comprometidos con la feria, que el jinete Mariano Rojo. Volvimos a tropezarnos con la cruda realidad de un escalafón novilleril adocenado, cómodo y sin aparentemente ganas de triunfar en una Semana Taurina como la de Algemesí. Lo cual duele y mucho, a todos los que organizan la feria, asisten a los festejos y pagan por verlos. Por eso, actitudes así, hay que denunciarlas y censurarlas. En la actualidad la mayoría de los novilleros que pasan por estas feria y por Algemesí viven un momento de su carrera en el que todavía no han logrado alcanzar triunfos tan rotundos y compactos como para ir sobrados por la vida, despreciando casi el escenario en el que se actúa y peor aún, el ganado noble, con clase y manejable que sortean. Y por ello, éstas, son las actitudes que no se deben tolerar. Se puede disculpar la bisoñez. La falta de rodaje. La falta de recursos, pero a estas alturas de la temporada y tal y como estás la Fiesta, no se puede ser tolerante con actitudes que rayan el pasotismo.


Esta tarde y en esta séptima de abono, la actitud de Juan del Álamo ha sido prácticamente la que hemos descrito en el párrafo anterior. Saludos después de unas insistentes y generosas palmas por parte del público y silencio al acabar la lidia del cuarto de la tarde, resumen perfectamente cómo fue su actuación. Plana, anodina, sin argumento, sin casi toreo ni por supuesto compromiso, asunción de riesgo o lucimiento. Inaceptable, en definitiva. Al primero de su lote le cuajó un trasteo en el que siempre toreó por fuera, a media altura para que no cayera la res y sin temple ni acople. Bien es cierto que el de Sánchez Arjona se defendió, dadas las pocas fuerzas y el escaso recorrido que tenía en el final de la faena, pero lo que interpretó delante de la cara del novillo del Álamo, fue una faena más, de las miles que se pueden contemplar en la temporada. Dio la sensación -desde el tendido- de que el novillero vino a Algemesí con la faena hecha de casa, de tal modo que como casi un autómata se dispuso a justificarse con varias tandas por ambos pitones, dos aposturas acompañando la embestida del animal y poco más. Para más inri, falló a espadas y todo quedó aún más, en un trasteo vulgar de los que mejor olvidar. Con el cuarto, otro de Sánchez Arjona con clase, nobleza pero de extrema sosería en sus embestidas, Juan logró medio arreglar su paso por Algemesí con varias tandas al natural un poco limpias y templadas, aunque sin alcanzar reconocimiento ni eco en el tendido. Intentó cuajar trasteo en redondo también, más el novillo acortó distancias, se volvió mirón pero sin maldad y del Álamo se desentendió. Falto rotundidad a la actuación. Alegría, emoción, compromiso, entusiasmo. Una lástima.


Y no salió mejor parado el mejicano Diego Silveti, aunque logró desquitarse de su actuación ante el último de la tarde, con una faena más rotunda, seria, con detalles, suavidad, temple y gusto. Precisamente con este novillo, vimos una interesante versión de Silveti, si bien le faltó la rabia que a veces deben mostrar los novilleros a los que se les supone deben salir cada tarde a darlo todo en busca del triunfo y las orejas. Gustó el corte clásico y serio de toreo que interpreta, aunque le faltó alegría, emoción y empatía con el público para lograr conectar con el respetable y acercarse así a un triunfo. El fallo estrepitoso con la espada, le privó seguramente de tocar pelo y por ello, se le silenció la interesante labor. Con el segundo de la tarde se le vio desdibujado, descentrado, atenazado quizás, por el compromiso e impreciso. Con un novillo con clase, nobleza, un poco tardo pero que se dejó hacer, Silveti le compuso un trasteo de media altura, distancia corta y ningún sometimiento. Con toda seguridad que si le llega a bajar la mano se habría lucido más, pero no lo quiso hacer así a pesar de haberse dado cuenta de ello en varios pases sobre la diestra. No bajarle la mano y aguantar un poco más la embestida del noble animal, hizo que finalmente firmase una faena plana, sin emoción, estructura, hilván y contenido. Nunca se entregó la gente con él porque él tampoco se rompió con el novillo, vaciándose -al menos- con honradez y honestidad. Saludos.

Completó cartel el rejoneador Mariano Rojo quien fue a la postre, el triunfador del festejo. Cuajó una lidia bullidora, en la que alternó la exhaustiva preparación de la suerte con pureza y temple, con la imprecisión a la hora de clavar las farpas. Contemplamos un trasteo irregular, presidido por la velocidad y los momentos templados a la vez que alternados con instantes menos artísticos. Su mejor momento vino con las banderillas, mucho más reunidas que los rejones del primer tercio. Mató trasero y cobró una justa oreja.

Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Rafael MATEO

Algemesí (6º de abono): Tres orejas y puerta grande para Emilio Huertas


lgemesí (Valencia). 6º festejo de abono. Semana Taurina. Casi lleno. Tres novillos del hierro de Carmen Lorenzo (1º, 3º de rejones y 5º) y dos novillos de San Pelayo (2º y 4º). Todos ellos bien presentados. Nobles y con calidad en líneas generales también adolecieron de fuerza algunos de ellos.

Thomas Duffau, ovación y oreja.
Emilio Huertas, oreja tras aviso y dos orejas.
El rejoneador, Rui Fernandes, oreja.



Algemesí (Valencia – España).- Por fin se abrió la puerta grande de la Semana de Bous para ver cruzar el umbral de la gloria a un novillero: Emilio Huertas. Ayer mismo, dejábamos patente en la crónica de la quinta de abono, la falta de actitud de la mayoría de los novilleros que hasta el momento habían pasado por esta feria. Novilleros que no sabían bien donde estaban o no conocían de manera certera el calado del ciclo dentro de la historia de las novilladas. Pero ha tenido que ser en la sexta de abono y con los novillos murubeños de Capea, en sus dos hierros, cuando al fin se ha visto una actuación entregada y convincente, de un novillero en busca del triunfo. Serio, el aviso a navegantes que ha dado el manchego Emilio Huertas.


Le precedía a Huertas, las buenas actuaciones de Zaragoza y Madrid en esta primera temporada como novillero con picadores y además llegaba con ese runrún del mundo del toro, que se genera ante el que acaba de arribar al escalafón y con humildad, pero hablando en el ruedo, va dando pasos firmes para crecer en la profesión. Y no ha defraudado. Ya con el primero de su lote, del hierro de San Pelayo, Emilio Huertas dejó su impronta de novillero a tener en cuenta. El pupilo del Capea, noble y con clase, embistió con buen son por ambos pitones y con una calidad que no abandonó en el transcurso de su lidia, facilitó a Huertas el poder cuajar un trasteo presidido por el temple, en el que hizo gala de una soltura y oficio interesantes, en un novillero que acaba de comenzar. Fue una lástima el fallo a espadas que le privó del doble trofeo pero aun así se logró dejar entreabierta la puerta grande. Con su segundo, del hierro también de San Pelayo, volvió a hacer gala de su bien aprendido oficio, cuajando un trasteo medido a las condiciones de la res. Un novillo más justo de fuerzas que se le quedó también corto en algunos pasajes, pero cuyo comportamiento supo entender aplicando en consecuencia la lidia y faena correcta. Trasteo en el que fue creciendo en dimensión e intensidad a medida que transcurría el tiempo, y que acabó con un final a más y una afición entregada, de verdad, al joven espada. Mató bien y a él le fueron a parar las dos orejas. El rotundo triunfo, le convierte por el momento, en el máximo triunfador del ciclo.


También dejó buena impresión el francés Duffau, aunque éste no pudo rematar su actuación para ser izado a hombros acompañando a Emilio Huertas. Recibió con temple al primero de su lote, para después, con la muleta, cuajar un trasteo en el que dejó muestras de sus progresos dentro del escalafón novilleril, con un toreo clásico. Faena por ambos pitones, en la que entendió y supo llevar al novillo de Carmen Lorenzo, el cual embistió también con clase como el resto de sus hermanos. Fue una lástima el fallo a espadas que le privó del trabajado trofeo. Y con el cuarto, un murube también con clase, tuvo que atacar más, para lograr el corte de orejas, lo que también condicionó un trasteo más ligero, marcado por la premura con la que quiso resolver la tarde. Estocada y oreja, que premió no solo esta actuación si no, su paso por este ciclo.


Completó cartel, el joven veterano rejoneador luso, Rui Fernandes. A él le fue a parar un manejable novillo en el que se pudo ver a un caballero que dominó la plaza, el escenario, la escena y la lidia de principio a fin. Con una buena cuadra como es la que lleva Fernandes, supo cuajar una interesante y vibrante lidia, a veces atacada de ansiedad, que no fue premiada con el doble trofeo por su fallo a espadas. Cortó un merecido trofeo.


Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Rafael MATEO

Algemesí (5ª de abono): Dos orejas y rabo para el rejoneador Javier Cano


Algemesí (Valencia). 5º festejo de abono. Semana Taurina. Casi lleno. Cinco novillos de Javier Molina (3º para rejones) serios y con cuajo. Mansos en líneas generales resultaron manejables en distintos grados en el último tercio. Se les castigó en exceso en varas.

Alejandro Enríquez, oreja y ovación.
Christian Escribano, silencio tras aviso y silencio.
El rejoneador, Javier Cano, dos orejas y rabo.




Algemesí (Valencia – España).- Sin duda y hasta el momento, la Semana Taurina 2010 es la feria de los rejoneadores. Un hecho que dice mucho y bien, de los dos únicos triunfadores -por el momento- del ciclo: Noelia Mota y hoy, en la quinta de abono, Javier Cano. Pero que evidencia a las claras, la crisis por la que parece que atraviesa el escalafón de novilleros en la actualidad. Una situación que presumimos comienza a ser grave a tenor de lo visto en lo que llevamos de feria, ya que hasta el momento, de los novilleros que han pasado por este histórico ciclo, ninguno ha sido capaz de descerrajar la puerta grande.


Cinco festejos son los que hemos presenciado y la falta de liderazgo que existe entre los novilleros -peor aún-, la falta de ambición o ganas por triunfar tarde tras tarde, sea la plaza que sea, nos sitúa ante un futuro incierto. Una autentica pena. Lástima diría yo. O mejor, tristeza y decepción, al ver y comprobar, cómo están pasando por Algemesí estos adocenados novilleros, capaces de dejar marchar posibilidad de triunfos importantes, como los que se han podido dar en esta tierra. Actitud que además, les ha hecho quedar en entredicho, amén de trasladar la sensación a los que los hemos visto, de que a ellos: “venir a Algemesí es un mero trámite”. Un planteamiento sobre el que se vuelven a equivocar todos los que así, vienen a esta Semana Taurina.


Así las cosas y sufridas las actitudes de los coletudos, hoy se ha tenido que esperar hasta el tercer novillo para que el público pudiera asistir a una entretenida y bullidora lidia a caballo, protagonizada por el rejoneador Javier Cano. Con este astado de Molina, el joven rejoneador salió desde el primer momento a triunfar con rotundidad en esta plaza. Como debe ser, en uno que comienza y quiere ser gente en el mundo del toro. Y ante semejante derroche de entrega, el público de Algemesí a su vez, no dudó en entregarse también al jinete y disfrutar de la faena. Un trasteo irregular, en el que se alternaron los momentos templados y bien ejecutados, con las imprecisiones propias del que todavía está cuajando en su profesión. Imprecisiones o carencias que suplidas con honestidad, entrega y vaciándose en busca del triunfo, son mínimamente disculpables. En conjunto, logró lucirse en lo fundamental y en lo accesorio, y por ello y por el certero rejón de muerte, no se dudó en entregar el doble trofeo con el rabo incluido.


Alejandro Enríquez se las tuvo que ver con un lote desigual de comportamiento aunque, eso sí, excelentemente presentado. Con el que abrió plaza cuajó un aseado trasteo en el que predominó en gran parte de la faena el temple, con un novillo que nunca terminó de romper. Faena que se le premió con la oreja. Y en el cuarto, más parado, justo de raza y con complicaciones, se batió en duelo buscando un trasteo que nunca terminó de alcanzar las cotas artísticas mínimas deseadas para redondear la tarde y con ello alcanzar el trofeo que le hubiese abierto la puerta grande. Ovación.


Completó el cartel, Christian Escribano al que se le notó -a este sí- el oficio bien aprendido y la responsabilidad del que sabe a dónde va y quiere además, triunfar con un concepto del toreo ortodoxo y serio. Si bien no pudo cortar trofeo alguno a ninguno de sus dos novillos, al primero de su lote le cuajó un trasteo en el que demostró claridad de ideas, firmeza y convencimiento para buscar el lucimiento. Lo que tuvo como resultado una seria actuación con un novillo que nunca terminó de entregarse a las telas. Silencio. Y con el que cerró plaza volvió a demostrar su seriedad con una faena medida a las condiciones del animal y en la que se templó y lució en redondo, mucho más que con la siniestra. Una lástima el fallo a espadas porque pudo cortar trofeo.

Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Rafael MATEO

Algemesí (4ª de abono): Generosa oreja para Saldívar y para Joubert ante cebadas


Algemesí (Valencia). 4º festejo de abono. Semana Taurina. Casi lleno. Cinco novillos de Cebada Gago (3º para rejones) bien presentados y bonitos de hechuras. Fueron manejables en distintos grados y alguno, un punto complicado. El primero fue el más justo de fuerzas y el de rejones resultó parado aunque con clase, cuando se decidía a embestir.

Arturo Saldívar, silencio y oreja.
Thomas Joubert, silencio y oreja tras aviso.
El rejoneador, Alfonso López Bayo, silencio.


Algemesí (Valencia – España).- Vacía. Así resultó, en el aspecto artístico, la tarde de los cebadas. Lo fácil sería, como en tantas tardes y tantos casos, echarle las culpas al ganado, pero no da lugar. En el festejo de hoy la responsabilidad del nulo resultado artístico hay que repartírselo entre los tres actuantes y en menor medida, las reses de Cebada Gago.

Encierro muy bonito de hechuras. Un cromo de quinteto. Guapos de verdad. Y de comportamiento nobles y en la mayoría de los casos sin excesiva maldad. No fueron los cebada que salen a morder las telas de sus matadores y a complicarles la vida hasta hacerles sudar tinta, pero fueron cebadas que con más ganas de lucirse, se podría haber cuajado algún trasteo con más torería y fundamento y no meras faenas de acompañamiento a las embestidas, como hemos presenciado esta tarde.

En esta cuarta de abono, había en cartel dos novilleros que llegaban con las credenciales de saber torear. Novilleros con vitola de posibles sueños hechos realidad, más al final nos encontramos con sus versiones “B”. Ligeritos de pies. Desajustados en los embroques, en algunas ocasiones excesivamente precavidos y muy poco concienciados para venir a triunfar aquí, aunque para ellos igual pueda ser “simplemente Algemesí”. Se equivocaron con esa mentalidad.


La oreja que logró cortar Arturo Saldívar al cuarto de la tarde, fue un auténtico regalo del bendito público de Algemesí. Puede dar gracias Saldívar de la propina que le dieron en esta tierra valenciana. Al que le cortó la oreja, el cuarto, Saldívar estuvo por debajo del comportamiento del animal. Intermitente en la faena y su planteamiento, no fue el novillero que en otras ocasiones hemos visto. Muleta casi siempre retrasada, paso atrás, excesivo tiempo para ajustarse a la velocidad del animal y al final, un pase templado y dos desajustados. Esa fue la tónica general de su obra con un novillo que embestía con clase y con obediencia. Tardó en exceso, Saldívar, en descubrir que el novillo embestía y además lo hacía bien. O a lo mejor, supo demasiado pronto que al novillo había que torearlo y optó por mirar a otro lado. Sea como fuera, cuando se quiso meter en faena y demostrar el buen novillero que es, resultó tarde, dejando algún que otro pase templado y esbozado, pero de muy poco eco en los tendidos. A pesar de la estocada defectuosa se le otorgó un premio dadivoso. Y con el que abrió plaza, más mansito y parado que el resto del encierro, sólo pudo intentar cuajar pases aislados. Se preocupó más de componer la figura y acompañar la embestida de la res que de torearlo, enseñarle a embestir e ir creando un trasteo lucido. No lo cuidó. Tampoco lo templó. Mucho menos tiró de él con suavidad y así, se contempló una faena irregular y con lagunas artísticas así como mentales en el novillero. Silencio.


Completaba el cartel a pie, el francés Thomas Joubert. Con el segundo dejó muestras de su concepto del temple en algunos muletazos sueltos y también manejando el capote. Meció bien la tela a la verónica en el recibo en sus dos novillos. Y después, en el trasteo, con dudas y un puntito de frialdad, compuso una faena intermitente en su hilván y en su emotividad. Faena breve pero completa por ambos pitones, sin molestar a la sosa res, que terminó cuajando en una aceptable faena. La fea estocada que endilgó al cebada, hizo que le silenciaran su labor. Con el que cerró plaza, cortó un trofeo que no correspondió en modo alguno con lo hecho ante el novillo. A este último, le cuajó un trasteo excesivamente ligero de pies y velocidad. Faltó someter la embestida, acoplarse más al cebada y gustarse interpretando el toreo y por ello, fue una faena irregular, anodina y sin fondo. En más de una ocasión se vio sorprendido por la nobleza y fijeza del astado, y ello hizo que contempláramos un trasteo al que le faltó decisión, más valentía y poderío por parte del francés. Quiso amarrar el corte de oreja, cuando se dio cuenta que éste se le escapaba, pero se pasó de metraje. Un detalle que no tuvo en cuenta el santo público de Algemesí, quien finalmente le dio la oreja.


A caballo actuó Alfonso López Bayo. Faena trepidante, bullanguera, sin temple y con muy poca torería que enganchó al público pero dijo bien poco del joven rejoneador. Fue un sinfín de alardes fuera de la cara del novillo y piruetas a la galería con una variopinta cuadra, que finalmente tuvo como premio, el silencio.


Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Rafael MATEO

martes, 21 de septiembre de 2010

Algemesí (3ª de abono): Excelente encierro de Indarte y dos orejas para Román


Algemesí (Valencia). 3er festejo de abono. Novillada sin picadores. Semana Taurina. Tres cuartos de aforo. Seis novillos de la ganadería de Giménez Indarte desiguales de presentación, siendo los más cuajados el primero y el sexto. El 1º fue el más bravo; el 2º de más nobleza, temple y clase aunque menos fuerzas; el 3º fue noble y encastado; el 4º repetidor y con clase también fue enrazado; el 5º resultó un buen novillo y el 6º fue otro bravo.

Román Collado, saludos y dos orejas.
Mario Julián Soto, silencio tras aviso y silencio.
Cristian Climent, oreja y silencio tras dos avisos.


Algemesí (Valencia – España).- Fue un gran encierro el que lidió Giménez Indarte en la novillada sin picadores de la Semana Taurina 2010. Seis novillos desiguales de presentación, es verdad, pero de los que hicieron disfrutar al aficionado, a la vez que también hicieron desesperar en ocasiones al público, al ver que los bisoños novilleros no supieron entender las bondades de las reses.

Los seis fueron de nota alta por encastados, repetidores, nobles, con clase y dando espectáculo con mayor o menor dificultad, destacando sobre todo, el primero del festejo y el último, por ser los más bravos de todo el encierro. Puede que alguien piense que los novillos a esta edad tan tierna, están obligados a embestir, pero hay que embestir y hacerlo con bravura, y esto es lo que han hecho los de Giménez Indarte. Encierro para recordar.

En líneas generales todos fueron prontos a la hora de atender al cite de su matador. Codiciosos en distintos grados. Repetidores hasta aburrir a los espadas y en la mayoría de los casos, exigentes para hacerles las cosas bien, esto es, tirando de ellos, con la muleta por delante, llevándolos por abajo y sometiéndolos con temple y decisión.


Ante ellos, el triunfador del festejo resultó ser finalmente el valenciano Román, quien de este modo vuelve a dar un paso más en su carrera ascendente como novillero. Su actuación estuvo desbordada por la bravura del primero de la tarde y fue suplida por una actuación valiente y enrabietada a la vez que templada en el cuarto del festejo. Con el castaño bravo primero, se las vio y deseó para convencer al animal y sus francas embestidas faltándole más reposo y sobre todo mando, manejando las telas. A lo largo de su faena dio dos versiones de su personalidad, pudiéndosele ver en fases puntuales templado y en otras más populista. El fallo a espadas le privó de un trofeo, pero aun así, quedó la sensación de haber visto como se escapaba un gran y bravo novillo sin ser aprovechado al ciento por cien. Con el cuarto, también codicioso, noble y repetidor, volvimos a ver un Román templado y gustándose en el toreo fundamental, frente al novillero encimista de los últimos pasajes del trasteo. Con una versión y otra, compuso una faena completa que, seguida y jaleada por el público, le sirvió para cortar un doble trofeo tras una gran estocada.


El novillero de Albacete, Julián Soto, tuvo en sus manos el novillo más templado, suave y enclasado del festejo, el segundo. Una lástima esa justeza de fuerzas del animal, que suplió con bravura cuando se le hicieron las cosas bien templadas y por abajo. Faena completa por ambos pitones, llena de calidad y con pasajes de buen toreo, que a pesar de lo descrito no terminaron de prender en el público. Después, el fallo reiterado a espadas le quitó cualquier posibilidad de trofeo. Y con el quinto volvió a intentar alcanzar el triunfo con otro buen novillo de Indarte. Como a todos los del encierro, a este novillo tampoco se le podía dudar y es ahí quizás donde residió el quid de la cuestión, pues le dudó, se tomó demasiado tiempo muerto y cavilaciones delante del novillo, cuando este demandaba mano firme, corazón caliente, alma de artista y disposición para el triunfo sin contemplaciones. Mereció mucho más el novillo y le ganó la partida a Soto, que al final se vio desbordado por las serias embestidas y arrancadas de la res. Silencio al acabar.


Completo cartel, Cristian Climent, también de la Escuela Taurina de Valencia, al que también le cupo en suerte dos novillos con los que disfrutar y aprender. No fueron astados fáciles, ya que lo bravo nunca fue fácil, y por ello debió intentar estar más resolutivo y envalentonado ante la vibrante embestida de los de Indarte. Con el tercero nunca lo terminó de ver claro. Unas veces interpretaba el toreo puro, de frente y ortodoxo, y otras dudaba y no acertaba con el toque y la distancia, acabando por acompañar la embestida de la res sin más interés. Cortó trofeo por la media que dejó en el sitio. Y cerró el festejo y con él su actuación, teniéndose que ver las caras con el otro bravo de la tarde. Tampoco se le podía dudar. Exigía valentía, oficio y entrega, y lo intentó Climent con honradez, saliéndole algunas veces sí y otras no. Trasteo irregular, con desajustes e imprecisiones que finalmente dejaron a las claras la supremacía de la res de Indarte. Un novillo también noble, con clase, repetidor y bravo que no fue comprendido. Una pena.


Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Rafael MATEO

domingo, 19 de septiembre de 2010

2º de Abono Algemesi,Noelia Mota sale a hombros


Algemesí (Valencia). 2ª de abono. Semana Taurina. Casi lleno. Cinco novillos de la ganadería de Lagunajanda (3º para rejones) bien presentados. Nobles y con clase en líneas generales. El segundo y el tercero resultaron ser los más parados del festejo. El cuarto fue el más completo.

María Morilla, silencio y oreja sin petición.
Conchi Ríos, saludos y oreja.
La rejoneadora, Noelia Mota, dos orejas.



Algemesí (Valencia – España).- Fue la tarde de la rejoneadora Noelia Mota. Ante los novillos de Lagunajanda, bien presentados en líneas generales y sobre todo, nobles y con clase en su comportamiento, las tres mujeres que conformaban el cartel de este segundo festejo de abono, protagonizaron una tarde entretenida, en la que Morillas y Ríos lograron cortar un trofeo cada una, de diferente importancia y consideración.


Sin duda ninguna, la que mejor parada salió, fue Mota, quien ante un novillo parado, deslucido y a contra estilo para la lidia, desplegó todo su bagaje y oficio, cuajando una faena briosa a lomos de sus cabalgaduras. Actuación completa, llena de voluntad, honradez y entrega que fue cuajando pacientemente sin desmoronarse ante el poco juego del novillo. Clavó con desigual acierto es verdad, pero decidida siempre y con ganas por ofrecer espectáculo, alcanzó sus cotas artísticas más altas con las banderillas y las cortas. El rejón entero, le valió para rematar una faena bien fundamentada, bullidora, animosa y entregada. Dos orejas.


Conchi Ríos fue la otra protagonista de la tarde al estar a punto de lograr salir a hombros de Algemesí, si no llega a fallar con la espada en el que cerraba plaza. Cortó en este último, un trofeo que premiaba una tarde marcada por la disposición, la entrega y sazón que se le ha visto que va adquiriendo a cada festejo. Con el primero de su lote, meció bien el capote por abajo en el recibo y después, ya en faena, se las tuvo tiesas con un novillo que acabó parado por su falta de fuerzas. Aun así se le vio voluntad, ganas de agradar y realizar el toreo ortodoxo, pero cuando el novillo no va, poco se puede lucir uno. Y al que cerró plaza le tuvo que hilvanar una faena de poder más que de arte porque el animal fue complicado. Era res de sometimiento, de mando y de poder, actitud que en momentos se vio en Ríos y en otros no se pudo vislumbrar. Trasteo tesonero y voluntarioso, mal rematado con la espada y premiado con una oreja.


Completó el cartel, la novillera de la tierra María Morillas quien no tuvo la tarde que toda su parroquia hubiera querido para ella. Con el que abrió festejo, Morillas estuvo excesivamente ligera. Tandas muy cortas, con dudas, falta de temple y desajuste con el novillo a la hora de interpretar el toreo. Esas fueron las características que más predominaron en este trasteo el cual nunca terminó de prender en los tendidos como tampoco logró auto-convencer a la propia novillera. Y con el cuarto, el novillo más noble, con clase y recorrido de los cinco, el más completo, no estuvo a la altura. Volvió a predominar en su actuación la prisa, la brevedad de las tandas y la falta de confianza en sí misma lo que hizo que asistiéramos a una faena intermitente, con algún momento lucido pero sin hilván ni argumento de principio a fin. Tampoco terminó de prender en el tendido la actuación de la novillera. Dadivosa oreja.


Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografia: Rafael MATEO

sábado, 18 de septiembre de 2010

Jesus Duque , corta una oreja en la primera de Algemesi


Algemesí (Valencia-España).- Comenzó la Semana Taurina y en ella ya se pudo comprobar cómo se encuentra el futuro de la torería de Valencia. Un novillero que se va o debería plantearse qué hacer con su carrera y otro que viene y al que se le debe dar el crédito y el voto de confianza del novel que comienza.


El que deberá plantearse muy seriamente qué hacer con su carrera de cara a la temporada que viene es el más veterano de este festejo: Juan Cervera. Tarde de desazón la que ofreció el valenciano en Algemesí, pasando por ella con más pena que gloria. Bien es cierto que no tuvo un lote bueno, ni codicioso, ni espectacular. Es cierto. Los novillos de Marcos Núñez no fueron en gran medida aptos para el lucimiento. Sólo el que cerró festejo tuvo más movilidad, transmisión y emoción. Pero tampoco se puede estar descentrado, desganado, desmotivado y falto de claridad de ideas como lo estuvo, máxime cuando uno afronta una tarde de compromiso como es la Semana de Toros de Algemesí. Y así estuvo Cervera. Impreciso con el manejo de las telas. Inseguro a la hora de dar con la medida de las distancias, las alturas y la presentación de los engaños. Sin arrestos ni amor propio, que es quizás lo que resulta más triste en un novillero que debería salir a dejarse la piel cada tarde. Dos silencios y un aviso, resumen perfectamente cómo fue su actuación. Futuro incierto el que le espera.


Y al que debemos darle el voto de confianza del que debuta con picadores es a Duque, ya que su actuación a punto estuvo de saldarse con una puerta grande que habría resumido -justamente- su paso por Algemesí. Si Cervera estuvo como estuvo: apático, triste y sin aceptar el compromiso que tenía en esta tarde, Duque fue lo contrario. Se le vio en el primero de su lote, aguerrido, valiente, con ganas, con ilusión y muy consciente de lo que suponía su debut con picadores y además en Algemesí. Ya se le vio templado a la verónica y sobre el pitón derecho en el recibo del novillo. Y posteriormente fue fundamentando su actuación con un concepto del toreo sosegado, cuando le dejó el novillo, y siempre puro en los cites, en el modo de plantear el trasteo y en las formas de interpretar el toreo. Empañó su buena faena cuando decidió tirar por la calle de en medio y cerrar el trasteo con un toreo encimista, más bullidor y popular, pero era Algemesí, su debut y tenía claro que debía vaciarse por entero. Oreja merecida. Y a punto estuvo de abrir la puerta grande si no llega a fallarle la Fe a la hora de rematar un interesante trasteo con el mejor novillo de Núñez. Astado con movilidad, nobleza, calidad y emoción, que tuvo su borrón en el apagarse justo en el último momento de la faena, aunque también hay que destacar que ésta fue demasiado larga. Durante la misma, Duque estuvo firme, centrado, muy resolutivo e intentando cuajar pases o lances dentro del más puro estilo ortodoxo. Lo consiguió a ratos, pero más vistoso o menos, mejor lucido o más templado, lo que sí dejó claro es que hay que dejarle crecer, darle un voto de confianza y ver sus próximas actuaciones para comprobar si todo queda en una declaración de intenciones o bien se puede convertir en un novillero valenciano que puede funcionar.


Completó cartel el rejoneador, Sergio Vegas. Con un novillo que acudía a las telas pero no a las cabalgaduras, protagonizó una actuación sin argumento ni hilván. Desigual a la hora de clavar y a la hora de ejecutar la suerte, fue una faena sin sentido alguno. Dio una vuelta al ruedo por su cuenta sin que el público ni siquiera le acompañara con palmas.


Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografía: Rafael MATEO

Hoy comienza la feria de Algemesi 2010


Valencia (Esp.).- Algemesí ya esta preparada para convertirse durante una semana en la capital de la novillería en España. Un ciclo que comienza el sábado 18 de septiembre y que se alargará hasta el próximo domingo 26 de septiembre. Ocho novilladas picadas y una sin picadores son los festejos que se celebrarán manteniendo de este modo su estructura e idiosincrasia fundacional de la feria.

Las combinaciones han quedado de la siguiente manera:

- Sábado, 18 de septiembre. Novillos de Marcos Núñez para Juan Cervera, Jesús Duque y el rejoneador Sergio Vegas.

- Domingo, 19 de septiembre. Reses de Lagunajanda para María Morillas, Conchi Ríos y la rejoneadora Noelia Mota.

- Lunes, 20 de septiembre. Astados de Jiménez Indarte para los novilleros sin picadores Mario Julián Soto, Román Collado y Cristina Climent.

- Martes, 21 de septiembre. Ganado de Cebada Gago para los espadas Arturo Saldívar, Thomas Joubert y el rejoneador Alfonso López Bayo.

- Miércoles, 22 de septiembre. Astados de Javier Molina para Alejandro Enríquez, Cristian Escribano y el rejoneador Javier Cano.

- Jueves, 23 de septiembre. Novillos de El Capea para Tomás Duffau, Emilio Huertas y el rejoneador Rui Fernandes.

- Viernes, 24 de septiembre. Reses de Sánchez Arjona para los novilleros Juan del Álamo, Diego Silveti y el rejoneador Mariano Rojo.

- Sábado, 25 de septiembre. Ganado de La Quinta para Patrick Oliver, Gómez del Pilar y el rejoneador Juan Manuel Cordero.

- Domingo, 26 de septiembre. Novillada del hierro de Guadaira para los novilleros Esaú Fernández, José Arévalo y el rejoneador Rubén Sánchez.

Todos los fetejos daran comienzo a las 5:30 de la tarde.

Firmado: Alfonso Sanfeliu
Fotografía: Rafael MATEO

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Xirivella se queda sin Fiesta de Toros.

Por Alberto de Jesús

Las fiestas ya han comenzado y los festejos taurinos que tenían previstos
para los días 3, 4 y 5 de septiembre no se realizarán al final por no tener
en orden toda la documentación necesaria para la autorización de los
festejos. El tema no tendría más importancia si no fuera porque la Peña
Taurina confiaba en la promesa del Ayuntamiento, ya tenía encargada la plaza
portátil, la contratación de los ganaderos, cartelerías y demás, lo que les
lleva a tener gastados más de 12.000 euros hasta el momento que reclaman de
momento al alcalde.



El Ayuntamiento, a través de su portavoz Xavier Agustí, dice que la peña no
les ha presentado hasta el momento la solicitud permanente.

La peña taurina, en nombre de Miguel Sevilla, dice que el concejal José Luis
Cuenca, entonces alcalde en funciones por vacaciones del titular, les afirmó
en el mes de agosto que él se encargaría de realizar los trámites y
certificados necesarios del consistorio para entregarlos a Consellería, "que
eso eran diez minutos".



Sevilla también se siente indignado cuando desde el Ayuntamiento le
anunciaron en caso de montar la plaza portátil tendrían que hacerse cargo
de una fianza de 180.000 euros de aval, y se pregunta qué tipo de ayuda le
iban a dar desde el consistorio entonces, y nos asegura además que han
puesto el tema en manos de un abogado para reclamar, si es viable, daños y
perjuicios.

Sea lo que sea, a día de hoy la peña y el pueblo, donde se había creado una
gran expectación al respecto, se ha quedado sin toros, y las paredes de la
población están llena de carteles de algo que no se celebrará. Todo parece
que son escusas de mal pagador, ya que según Miguel Sevilla, el propio
alcalde de Xirivella, Josep Soriano, les prometió el pasado 26 de julio que
les autorizaría a hacer toros y que se encargaría de que el ayuntamiento les
ayudaría en todo lo que pudiese, papeleos, gestiones, terreno, etc...
exceptuando subvenciones.

Al final parece más una jugada desde las poltronas del Ayuntamiento donde
por goleada y a través de una estrategia, que no es la primera vez que se
utiliza, ha logrado que el pueblo se quede sin toros con su silencia
administrativo y donde dije digo digo Diego. Habrá que esperar a las
próximas elecciones municipales de mayo del 2011, como dice Miguel, para
recordárselo.



En caso de necesitar más información:

Tel de Miguel Sevilla: 661 13 63 79 (Peña Taurina)