domingo, 19 de septiembre de 2010

2º de Abono Algemesi,Noelia Mota sale a hombros


Algemesí (Valencia). 2ª de abono. Semana Taurina. Casi lleno. Cinco novillos de la ganadería de Lagunajanda (3º para rejones) bien presentados. Nobles y con clase en líneas generales. El segundo y el tercero resultaron ser los más parados del festejo. El cuarto fue el más completo.

María Morilla, silencio y oreja sin petición.
Conchi Ríos, saludos y oreja.
La rejoneadora, Noelia Mota, dos orejas.



Algemesí (Valencia – España).- Fue la tarde de la rejoneadora Noelia Mota. Ante los novillos de Lagunajanda, bien presentados en líneas generales y sobre todo, nobles y con clase en su comportamiento, las tres mujeres que conformaban el cartel de este segundo festejo de abono, protagonizaron una tarde entretenida, en la que Morillas y Ríos lograron cortar un trofeo cada una, de diferente importancia y consideración.


Sin duda ninguna, la que mejor parada salió, fue Mota, quien ante un novillo parado, deslucido y a contra estilo para la lidia, desplegó todo su bagaje y oficio, cuajando una faena briosa a lomos de sus cabalgaduras. Actuación completa, llena de voluntad, honradez y entrega que fue cuajando pacientemente sin desmoronarse ante el poco juego del novillo. Clavó con desigual acierto es verdad, pero decidida siempre y con ganas por ofrecer espectáculo, alcanzó sus cotas artísticas más altas con las banderillas y las cortas. El rejón entero, le valió para rematar una faena bien fundamentada, bullidora, animosa y entregada. Dos orejas.


Conchi Ríos fue la otra protagonista de la tarde al estar a punto de lograr salir a hombros de Algemesí, si no llega a fallar con la espada en el que cerraba plaza. Cortó en este último, un trofeo que premiaba una tarde marcada por la disposición, la entrega y sazón que se le ha visto que va adquiriendo a cada festejo. Con el primero de su lote, meció bien el capote por abajo en el recibo y después, ya en faena, se las tuvo tiesas con un novillo que acabó parado por su falta de fuerzas. Aun así se le vio voluntad, ganas de agradar y realizar el toreo ortodoxo, pero cuando el novillo no va, poco se puede lucir uno. Y al que cerró plaza le tuvo que hilvanar una faena de poder más que de arte porque el animal fue complicado. Era res de sometimiento, de mando y de poder, actitud que en momentos se vio en Ríos y en otros no se pudo vislumbrar. Trasteo tesonero y voluntarioso, mal rematado con la espada y premiado con una oreja.


Completó el cartel, la novillera de la tierra María Morillas quien no tuvo la tarde que toda su parroquia hubiera querido para ella. Con el que abrió festejo, Morillas estuvo excesivamente ligera. Tandas muy cortas, con dudas, falta de temple y desajuste con el novillo a la hora de interpretar el toreo. Esas fueron las características que más predominaron en este trasteo el cual nunca terminó de prender en los tendidos como tampoco logró auto-convencer a la propia novillera. Y con el cuarto, el novillo más noble, con clase y recorrido de los cinco, el más completo, no estuvo a la altura. Volvió a predominar en su actuación la prisa, la brevedad de las tandas y la falta de confianza en sí misma lo que hizo que asistiéramos a una faena intermitente, con algún momento lucido pero sin hilván ni argumento de principio a fin. Tampoco terminó de prender en el tendido la actuación de la novillera. Dadivosa oreja.


Firmado: Alfonso Sanfelíu
Fotografia: Rafael MATEO

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